miércoles, 31 de diciembre de 2014

Cuentos Budistas para Niños (III) - Las codornices y el cazador.


Las codornices y el cazador.


Relájate, quédate quietecito y escucha. Escucha con gran atención  este cuento sobre una bandada de codornices que vivían felizmente en los espesos setos y en los bosques. Es decir, hasta el día en que llegó un cazador. ¿Quieres saber que fue lo que ocurrió? ¡Vamos a ver si lo descubrimos!

Pues…..el cazador era un hombre muy listo que se ganaba la vida atrapando codornices. Se escondía detrás de un seto e imitaba el canto de esas aves para que ellas de respondieran. Y cuando se habían reunido una buena cantidad de codornices, les arrojaba rápidamente una red para atraparlas. Luego llevaba a algunas a su mujer para que las cocinara y el resto las vendía en el mercado por un buen precio.

El líder de las codornices era un pájaro mayor llamado Tutt Tutt que decidió que tenían que hacer algo para librarse del cazador. Al comprender que era para proteger a su bandada debía se más listo que el cazador, concibió un plan. Una mañana llamó a todas las codornices.

-Cada día el cazador atrapa a más codornices! Si esto sigue así, pronto no quedaremos ni una. Hemos de hacer algo para protegernos. Tengo un plan. Si trabajamos juntas, podremos escaparnos de él y de su siniestra red. La próxima vez que el cazador atrape a una de nosotras, echaremos todas a volar al mismo tiempo cuando yo os lo diga y así podremos levantar la red y huir. Pero para que este plan funcione todas debemos cooperar- les dijo.

Todo el mundo estuvo de acuerdo en que era un magnífico plan.

Aquella misma tarde el cazador volvió, se escondió detrás del seto e imitó el canto de las codornices. De nuevo los pájaros cayeron en la trampa. Entonces el cazador rápidamente les echó encima la red, como antes. ¿Pero en esta ocasión las codornices sabían que hacer! En cuanto oyeron la señal de Tutt Tutt, agitaron las alas con todas sus fuerzas, levantaron la red y ésta cayó sobre un gran arbusto cubierto de espinas.

Aquel día el cazador no atrapó ni una sola codorniz. Cada vez que intentaba capturarlas, los pájaros huían, y él se pasaba horas intentando recuperar la red y acababa cubierto de arañazos y espinas. Cuando al final se cansó de intentarlo y volvió a casa, su mujer al verlo llegar con las manos vacías su puso hecha una furia.

-¿Dónde están las codornices para la cena?- le soltó

-Estos pájaros hoy me han ganado, han trabajado juntos como si fuesen un equipo- respondió el cazador enojado- Pero sé que no lo harán por demasiado tiempo. Son unas criaturas que discuten por nada y pronto se acabarán peleando. Y entonces no podrán levantar la red. ¡Será mi oportunidad para atraparlas!

Y por supuesto un día cuando las codornices estaban cantando en el seto, una de ellas sin querer se sentó sobre la cabeza de su vecina y estalló la pelea. Tutt Tutt les rogó que dejaran de pelearse, pero las codornices no le hicieron caso. ¡De pronto vio que el cazador se acercaba sigilosamente! Tutt Tutt comprendió que si las codornices no actuaban juntas, tendrían que huir antes de que el cazador les arrojara la red. ¡Dijo a las codornices de la banda que  echaran a volar en el acto! La mayoría de las codornices lo hicieron enseguida, pero las dos peleonas tardaron un poco más y el cazador las atrapó. La bandada de Tutt Tutt siguió trabajando como un equipo, ganando al cazador con tanta frecuencia que él acabó hartándose y decidió dejar de intentar capturarlas.

Puede ser tentador ir a lo nuestro sin seguir a los demás. Pero una persona sabia sabe que puede alcanzar muchas más cosas trabajando en equipo que sola.







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