Historia de los Dalai Lamas
Hace aproximadamente 1300 años, en el 726 d.C. el Tibet alcanzó un gran poderío militar, su gran imperio se extendía desde China hasta la India. Es en esta época de máxima expansión militar cuando el budismo llegó por primera vez al Tibet, gracias a los grandes sabios de la India que lo llevaron hasta la corte real.
Al principio la visión no violenta de la vida encontró mucha resistencia, las gentes estaban contentas con sus respectivos dioses espirituales, y el budismo que no promovía ningún dios fue menospreciado y muy poco comprendido. Entonces en el Tibet existía un sistema de servidumbre en el que la aristocracia era quién gobernaba siendo los propietarios de las tierras y las gentes, de tal forma que era imposible prosperar, era imposible que prosperara cualquier ambición, si habías nacido aristócrata eras afortunado, si habías nacido campesino no había posibilidad de prosperar.
La llegada del budismo trajo una nueva esperanza, predicaba la igualdad y los tibetanos empezaron a acudir a los monasterios donde la jerarquía se basaba en los méritos personales, incluso un simple agricultor podía llegar a convertirse en el líder de un gran monasterio, una revolución pacífica contra un sistema antiguo y decadente.
A medida que el budismo calaba en el Tibet se fue haciendo más complicado. Cada zona del Tibet pasó a desarrollar su propia interpretación. En cada parte de la nación gobernaba un grupo budista diferente. Cada una de ellas tenía su propia estructura clerical, creencias propias y complicados rituales.
Hacia el año 1000 d.C. Lejos del Tibet, hacia el norte, en lo que se llamaba la tierra de los bárbaros (Mongolia), había empezado una nueva era. Tras una serie de guerras tribales en las que la espada era su dios y el sometimiento su religión, nació un hombre, un guerrero, bajo el cual todas las tribus se sometieron a su liderazgo, conocido en el mundo entero como Gengis Kan. Por fin tenían las tribus del norte una motivación, un objetivo, una bandera que ya podían considerar como suya. Estas tribus se convirtieron en nación.
En el siglo XIII los mongoles se habían expandido en todas direcciones, llevando consigo la cólera y la destrucción, no obstante y después de un periodo de guerras y conquistas, sucumbieron a los lujos de los imperios y los encantos de la civilización. Se transformaron en reyes en vez de soldados, y construir dinastías, aprobar decretos y levantar monumentos, de esta forma se convirtieron en una nueva civilización.
Muy cerca de ellos estaba China, con su antigua historia y su rico patrimonio cultural. Controlar China suponía controlar el mundo civilizado, por esto Kublai Kan, nieto de Gengis Kan y heredero de su imponente imperio trasladó la capital del imperio mongol a China y se proclamó emperador.
Kublai Kan se dio cuenta que con la espada y la represión era imposible controlar un territorio tan extenso junto a su numerosísima población, lo que necesitaba era una filosofía de vida más que una religión, algo que los chinos ya habían experimentado con anterioridad.
No muy lejos de allí, sobre una gran meseta en lo alto de las montañas, se encontraba el Tibet Budista, una gran cultura y un rival perfecto para el confucionismo. La intención de Kublai Kan era que el budismo tenía que reemplazar en los tribunales chinos al confucionismo, y el hombre más indicado para llevarlo a cabo era un sabio monje tibetano llamado Zakpa. Zakpa pertenecía a la escuela Sakya del budismo tibetano, famosa por su piedad y su sabiduría. En 1253 por orden del gran Kan, Zakpa llegó a China a la corte de Kublai Kan donde vivió durante 20 años, tiempo durante el que ejerció una gran influencia civilizadora sobre Kublai Kan, convenciendo al gran Kan de que paralizara las matanzas de chinos que de vez en cuando ordenaba para deshacerse de grupos multitudinarios que le resultaban molestos. Al principio los mongoles eran muy sanguinarios y crueles, pero Zakpa les enseñó el budismo y consiguió que Kublai Kan fuera más humano y acabara con todo eso.
El gran Kan utilizó el budismo como herramienta poderosa de conquista cultural, y de esta forma Zakpa, el monje budista, se convirtió en el primer monje rey que gobernó el Tibet unificado, y la escuela Sakya a la que pertenecía en la escuela más poderosa del Tibet, al contar con el apoyo del gran ejército mongol de Kublai Kan. A partir de este momento generaciones de monjes Sakyas gobernaron el Tibet bajo la protección de los descendientes de Kublai.
En el siglo XIV en China hubo levantamientos y se instauró el caos, y los mongoles perdieron el dominio sobre china teniendo que abandonar el país. Este hecho histórico motivó que los cimientos del Tibet temblaran, y la escuela Sakya no fue capaz de mantenerse en el poder al volverse caótica la situación política. Tanto los pequeños caudillos laicos como algunos dirigentes de monasterios se enfrentaron por el gobierno del Tibet. Y mientras el país se desmoronaba, muy lejos en las desoladas montañas del occidente tibetano la vida seguía su curso habitual. Sus gentes nómadas, sencillas y humildes creían que los desastres siempre precedían la llegada de un ser divino.
El nacimiento de Gedun Drugpa fue acompañado del asalto, por parte de unos bandoleros, del campamento de su familia. La madre desesperada y para proteger al pequeño, lo escondió en un corral para el ganado y huyó con el resto de la familia y a la mañana siguiente encontraron al pequeño ileso y sin un rasguño, y este acontecimiento fue interpretado como una señal celestial. Gedun Drugpa creció y se convirtió en monje y al poco tiempo decidió marchar a la capital Lhasa, la ciudad más sagrada del Tibet, y el centro de la vida política, donde la corrupción estaba a la orden del día. La decadencia y la degradación se habían instalado hasta en los más altos niveles de la jerarquía budista.
Un tranquilo y erudito monje llamado Tson Kapa encontró la respuesta a tan compleja situación. Ideo un método para practicar el Tantra por medio de la meditación y la visualización. Tson Kapa atrajo a muchos seguidores y el monje nómada Gedun Drugpa quiso convertirse en su discípulo. Este grupo de monjes radicales que seguían los códigos morales más estrictos, fundaron una nueva escuela, la escuela Gelugpa, o “Modelo de Virtud”. Para distinguirse del resto de escuelas llevaban sombreros amarillos, mientras que las escuelas budistas tradicionales llevaban sombreros rojos.
Gedun Drugpa estaba al frente de todo, y era un gran viajero que expandía sus enseñanzas a lo largo y ancho del Tibet, pero a medida que iba envejeciendo se dio cuenta que ser célibe como mandaban los cánones de moralidad tradicionales tenían sus desventajas, como el de no poder contar con un heredero directo que continuase su obra. Por eso el sabio anciano decidió solucionar esta cuestión adoptando un concepto ya existente y plenamente aceptado en el Tibet. Antes de morir reunió a sus discípulos indicándoles que no lloraran por él ya que pronto volvería a estar entre ellos, iba a reencarnarse. El concepto de la reencarnación solucionó el problema que preocupaba a todos los líderes célibes.
Se convirtió en una institución muy útil, porque permitía que el líder monástico tuviera una continuidad en la siguiente generación, sin casarse ni fundar una dinastía.
A los 84 años Gedun Drugpa abandonó su cuerpo mortal, y tal como había profetizado se reencarno en Gedun Gyatso, que a su vez se reencarno en Sonam Gyatso. El actual Dalai Lama Tenzín Gyatso es la reencarnación número 14 de esta línea directa.
En la época de la tercera reencarnación con Gedun Gyatso al frente, de nuevo el Tibet se vio envuelto en duras luchas por el control político. Surgieron dos bandos enfrentados, por una parte en la zona este la ciudad de Lhasa, al oeste la ciudad de Shigatse. Los dirigentes de Shigatse patrocinaban a una de las antiguas escuelas budistas de sombreros rojos o Karmapas, los dirigentes de Lhasa apoyaban a la escuela más nueva de sombreros amarillos, los Gelugpa. Por desgracia e igual que ocurre actualmente, la política se mezcló con la religión y la lucha entre las dos ciudades fue considerada como una guerra santa. Los Gelugpa o sombreros amarillos iban perdiendo, no conseguían resistir el poder militar de sus rivales de sombreros rojos. Dieciocho monasterios gelugpas fueron obligados a convertirse a los sombreros rojos, y murieron muchos monjes, pero cuando ya habían perdido toda esperanza el destino intervino.
En 1576 Sonam Gyatso, la tercera reencarnación del niño nómada “Gedun Drugpa”, fue invitado a Mongolia por el poderoso príncipe mongol Altan Kan.
En el siglo XVI Mongolia se había dividido, los gloriosos días de Gengis Kan y Kublai Kan habían terminado, y las estepas mongolas volvían a estar cubiertas de sangre debido a las guerras. El país necesitaba de nuevo un líder que unificara a las tribus mongolas, y Altan Kan tenía todo lo necesario para ser un poderoso caudillo y un gran líder, excepto que no era descendiente directo de Kublai Kan. Por aquel entonces los descendientes directos de Kublai Kan que seguían con vida, desafiaban constantemente el liderazgo de Altan Kan. Si Altan quería controlar las tribus necesitaba que lo aceptaran, así que ideo un plan tan ingenioso que conseguiría cambiar para siempre el rumbo de la historia.
En 1576 Altan Kan invitó a Mongolia a Sonam Gyatso, uno de los líderes tibetanos de la escuela budista Gelugpa de los sombreros amarillos, candidato perfecto para llevar a cabo el plan de Altan Kan y del que obtuvo su lealtad. Lo más importante para Altan era la condición de que Sonam Gyatso era un lama reencarnado.
Después de tres meses de viaje Sonam Gyatso llegó a las llanuras desérticas de Mongolia, donde obtuvo con gran boato y ceremonia el recibimiento del propio Altan Kan, quién proclamó públicamente para que todo el mundo lo oyera, que el gran Lama era la reencarnación de Zakpa, consejero espiritual de Kublai Kan. Una vez sus súbditos aceptaron esto, dio el gran golpe maestro al declarar que él Altan Kan era la reencarnación de Kublai Kan, y su asesor espiritual Sonam Gyatso era la reencarnación del asesor espiritual de Kublai Kan, de esta forma consiguió lo que se proponía, legitimizar su mandato.
El gran Kublai Kan había regresado como Altan Kan, y su asesor espiritual Zakpa había regresado como Sonam Gyatso.
En una grandiosa ceremonia Altan Kan otorgó a Sonam Gyatso el título de “Dalai Lama”, o “Océano de Sabiduría”, siendo el III Dalai Lama, y el monje nómada Gedun Drugpa pasó a la historia como el I Dalai Lama del Tibet.
En 1596 falleció Sonam Gyatso el III Dalai Lama del Tibet, y los gorros amarillos gelugpas lloraron su muerte, aún a sabiendas que el que volviera de nuevo a las tierras de las nieves eternas solo era cuestión de tiempo, y así con renovadas fuerzas se inicio la búsqueda de su nueva reencarnación.
El sistema para encontrar al nuevo Lama reencarnado ha ido evolucionando a lo largo de cientos de años. Cuando un Dalai Lama fallece, el pueblo tibetano y el gobierno se reúnen para celebrar las distintas ceremonias, después el gobierno se encarga de la búsqueda enviando investigadores en secreto por todo el Tibet, con la intención de localizar niños que hayan nacido con señales totalmente inusuales. La búsqueda se inicia a orillas del lago Lamo Latso que se encuentra al sudeste de la capital Lhasa. Este lago tiene poderes místicos según descubrió el II Dalai Lama Gedun Gyatso, y en él grandes monjes gelugpas meditan durante muchos días, invocando a la gran protectora Palden Lamo, tras lo cual empiezan a aparecer las visiones que los oráculos deben confirmar. Una vez los oráculos dan su consentimiento los monjes gelugpas van en busca del niño reencarnado. Tras una previa selección y una vez el grupo de elegidos queda reducido a unos pocos candidatos, los niños ya tienen entre 3 y cuatro años y es entonces cuando los someten a un test crucial, a cada niño se le muestra una serie de objetos agrupados de dos en dos, uno de los objetos de cada pareja perteneció al anterior Dalai Lama, y el otro es una copia, el niño tiene que elegir el que fue propiedad del Dalai Lama. Todo el proceso es extremadamente preciso ya que el elegido será la máxima autoridad del Tibet.
Al morir el III Dalai Lama Sonam Gyatso, no se encontró a su reencarnación en el Tibet, sino muy lejos, en Mongolia. El niño que había mostrado signos poco frecuentes fue descubierto en la casa real de Altan Kan, y se trataba del propio nieto de Altan Kan, por lo que fue el primer y único Dalai Lama no tibetano, conocido como Yonten Gyatso.
Que el Dalai Lama no fuera tibetano no era un problema, dado que el budismo Gelugpa nada tiene que ver con la nacionalidad sino con las creencias espirituales.
A los 12 años el IV Dalai Lama salió de Mongolia hacia el Tibet acompañado de un ejército de 1000 soldados mongoles, al llegar a la capital Lhasa lo recibieron con una calurosa bienvenida. De igual forma la presencia del ejército mongol, fue una poderosa señal por la que le recordaron a los pertenecientes a las otras escuelas de sombreros rojos de la ciudad de Shigatse, que contaban con el apoyo de esta potencia militar mongola. Durante muchos años se mantuvo una férrea tensión en la meseta tibetana.
Entonces de repente el IV Dalai Lama falleció en circunstancias misteriosas, y en menos de un año la ciudad de Shigatse de sombreros rojos arrasó a los gelugpas de sombreros amarillos, y de nuevo una vez más pidieron ayuda a los mongoles, a un apasionado caudillo Us Rinkan. Para los gelugpas esta nueva alianza con Us Rinkan había sido el último recurso. Mientras los ejércitos mongoles avanzaban hacia Shigatse los distritos menores se rindieron sin luchar, pero al llegar a Shigatse se encontraron con una empalizada que rodeaba la fortificación y las tropas dispuestas para luchar. Los mongoles se aposentaron sobre las colinas próximas, sitio la ciudad y esperó, y tras un año de lucha la ciudad se rindió. Los gelugpas habían ganado.
En 1642, el año tibetano del caballo de agua Us Rinkan reconoció al V Dalai Lama Ngawang Lobsang Gyatso, como líder supremo del Tibet, aunque únicamente controlaba el centro del país y con la ayuda de los ejércitos de Us Rinkan, por lo que el título de mandatario supremo del Tibet no era del todo cierto. Si quería que entre el resto de escuelas budistas (Ñigmas, Karmapas y Sakyas) hubiera paz, necesitaba que lo aceptasen. El V Dalai Lama tan buen político como monje estaba a punto de hacer historia. Trazó su árbol genealógico espiritual y rastreó el linaje de los Dalai Lama hasta el origen del primero de ellos.
Tras un largo periodo de paz y tranquilidad, en China empezaron a soplar nuevos vientos al invadir el país tribus manchús, y de nuevo los chinos se vieron sometidos a un poder extranjero. Los manchús que provenían de Manchuria, seminómadas más próximos a los mongoles que a los chinos a los que habían conquistado. Y al igual que los mongoles, los manchús también prestaron atención al Tibet por su cultura y su religión. El V Dalai Lama no tardó en convertirse en guía espiritual y en útil aliado político. Pero cuando aún estaba forjándose esta amistad, el gran Lama murió, perdiendo el Tibet a uno de sus más grandes líderes de todos los tiempos.
En 1676 lo sucedió Tsangyang Gyatso, muy controvertido pero sin duda el más querido de todos los Dalai Lama, no soportaba las limitaciones de la vida monástica; “Me inclino hacia las enseñanzas de mi maestro, pero mi corazón escapa en secreto para pensar en mi amada”. Tsangyang Gyatso se disfrazaba y se escapaba por la puerta trasera del palacio del Potala, y pasaba muchas noches de borracheras en las tabernas de Lhasa. Un ambicioso caudillo mongol denunció esta conducta del Dalai Lama, y lo acusó de ser una falsa reencarnación, al final lo asesinó y puso un hombre de su confianza al mando del palacio del Potala. Para los sombreros amarillos, los Gelugpas, había llegado el momento de buscar un nuevo líder y pidieron ayuda a los emperadores manchú que se encontraban en la vecina China, y tras una sangrienta batalla el nuevo Dalai Lama llamado Kelsang Gyatso, fue reemplazado por un niño descubierto cerca de Litán, tal como había profetizado el muy querido VI Dalai Lama, bajo el nombre de Jamphel Gyatso, VIII Dalai Lama.
El Tibet terminaría por pagar con creces esta alianza con los emperadores de la dinastía manchú, y se convirtió en un estado vasallo del gran imperio. Los siguientes Dalai Lamas, desde el octavo hasta el decimo segundo fueron simples peones en manos de la China manchú. Nunca llegaron a la madurez y murieron todos ellos jóvenes, supuestamente envenenados.
Entonces en 1876 nació el XIII Dalai Lama Thubten Gyatso.
Durante 300 años los manchús habían sido la gran dinastía de Asia, pero ahora su imperio estaba en decadencia. Hong Kong cayó en manos británicas, y Macao en manos portuguesas. Así los chinos aprovecharon la ocasión para deshacerse de los caudillos manchús, y también el Tibet quiso deshacerse de los últimos vestigios de la dominación manchú, pero en lugar de eso se encontró siendo un peón de una gran partida de ajedrez. Por un lado Gran Bretaña y por otro la Rusia zarista se enfrentaban por conseguir el dominio de Asia, y en lugar de pelear firmaron un tratado en el que también se veía incluido el Tibet, pero sin pedir la opinión al Dalai Lama, el cual se vio obligado a huir a la India británica a través de la frontera.
En 1911 el imperio manchú llegó a su fin y el Dalai Lama volvió del exilio como líder de un país libre. Pero el Tibet estaba a punto de entrar en la etapa más atormentada de su historia.
El XIV Dalai Lama y actual Tenzin Gyatso fue descubierto en el este del Tibet, en una familia campesina. Con gran pompa y solemnidad fue llevado al palacio del Potala para ser instruido por los lamas más sabios del país. Su momento había llegado demasiado pronto, y con tan solo 16 años se vio obligado a llevar las riendas del gobierno tibetano, porque el país estaba en grave peligro. Los tibetanos creían que en el nuevo Dalai Lama, el Buda de la Compasión, poseedor del rayo y queridísimo protector estaba la última esperanza.
En el este se había hecho realidad la profecía de la amenaza roja, el partido comunista de Mao Tse Tung había llegado al poder en China, y la China comunista reivindicaba su derecho sobre el Tibet basándose en el antiguo imperio manchú. Decían que China estaba formada por cinco pueblos multiétnicos, los propios chinos, los mongoles, los manchús, los tártaros y los tibetanos.
El 7 de octubre de 1950 las tropas chinas entraron en el este del Tibet, bajo la consigna de “Liberación Pacífica”, los tibetanos lo llamaron invasión. Los monasterios fueron incendiados y quemados los textos antiguos budistas, los monjes asesinados cruelmente así como los ciudadanos laicos, y el XIV Dalai Lama se vio impotente ante el dolor del pueblo tibetano.
En 1959 la vida del propio Dalai Lama corría peligro, así que una noche disfrazado de soldado huyó de Lhasa, y en una semana con el ejército chino pisándole los talones llegó a la India, tenía entonces 25 años.
I Gedun
Drugpa 1391-1474
II Gedun
Gyatso 1476-1542
III Sonam
Gyatso 1543-1588
IV Yonten
Gyatso 1589-1616
V Ngawang
Lobsang Gyatso 1617-1682
VI Tsangyang
Gyatso 1683-1706
VII Kelsang
Gyatso 1708-1757
VIII Jamphel
Gyatso 1758-1804
IX Lungtok
Gyatso 1805-1815
X Tsultrim
Gyatso 1816-1837
XI Khedrub
Gyatso 1838-1855
XII Trinle
Gyatso 1856-1875
XIII Thubten
Gyatso 1876-1933
XIV Tenzin
Gyatso 1935
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