miércoles, 23 de septiembre de 2015

Mindfulness - Meditación de Atención Consciente (2)

¿Qué no es la meditación?
 
Dado que existen muchas ideas respecto a la meditación, algunas muy precisas y exactas, y otras realmente inapropiadas, las hay que pertenecen a diversos sistemas de meditación pero no tienen mucho que ver con la práctica del Mindfulness, ligada históricamente a las prácticas vipassanas de las tradiciones budistas, convendría antes de seguir, aclarar o limpiar nuestros circuitos neuronales para que la nueva información pueda circular sin impedimentos.
 
Mindfulness no enseña a observar el funcionamiento de la mente desde una perspectiva serena y objetiva, que nos ayuda a profundizar en nuestra propia conducta. Su objetivo es agudizar nuestra conciencia hasta que sea lo suficientemente intensa, concentrada  y afinada como para penetrar en el funcionamiento interno de la realidad de las cosas o de los fenómenos.
 
Como son muchos los malentendidos existentes respecto a la meditación, vamos a tener en cuenta algunos de estos errores que podrían obstaculizar nuestra progresión o avance.
 
1: La meditación NO es únicamente una técnica de relajación.
 
Aunque la relajación es una meta clave en la práctica meditativa, Mindfulness apunta hacia un objeto mucho más elevado. Se trabaja la concentración por su importancia en la disciplina mental, depositando nuestra atención sobre un objeto o un pensamiento. La relajación y la concentración son condicionantes necesarios de la conciencia. El objetivo del Vipassana o Mindfulness es la visión profunda por la que se aspira a la purificación y transformación de nuestra vida cotidiana.
 
2: La meditación NO es una forma de trance.
 
Aunque en algunos sistemas de meditación se hable de entrar en trance durante la práctica meditativa, no es ese nuestro caso. La meditación Vipassana o Visión Profunda no es una forma de hipnosis. No pretende dejar la mente en blanco hasta alcanzar la inconsciencia, ni convertirnos en vegetales despojados de emociones. Se trata, más bien, de todo lo contrario, de conectar más profundamente con nuestros cambios emocionales.
 
3: La meditación NO es una práctica misteriosa que no puede ser entendida.
 
La meditación tiene que ver con niveles de conciencia mucho más profundos que el pensamiento conceptual. Aunque algunas experiencias meditativas no puedan ser descritas con palabras, ello no significa que no puedan ser entendidas.
 
La meditación Mindfulness es algo que debe ser experimentado, más que ser razonado o interpretado. Tampoco es una fórmula que automáticamente nos proporcione resultados predecibles, porque resulta imposible predecir exactamente lo que sucederá durante una determinada sesión. Cada sesión es una investigación, un experimento y una aventura.
 
Aprender a contemplar cada instante como si fuera el primero y único del universo, es esencial para la práctica de la meditación.
4: El objetivo de la meditación NO es el promover experiencias paranormales.
 
El objetivo de la meditación es el de desarrollar la conciencia. La meditación no aspira a desarrollar la telepatía ni la levitación. Su objetivo es la liberación, no obstante es cierto que existe un vínculo entre los fenómenos paranormales y las prácticas meditativas, pero se trata de una relación bastante compleja. Durante los primeros estadios de la práctica meditativa, es posible que se manifiesten determinados fenómenos, comprensiones intuitivas, etc. Se trata de fenómenos que no deben ser considerados como capacidades psíquicas fiables, razón por la cual no hay que concederles demasiada importancia.
 
Ya que se trata de fenómenos muy atractivos, pueden resultar muy peligrosos para los principiantes al poder convertirse en un señuelo para el ego al alejarte del camino real. Por lo tanto lo mejor que podemos hacer es no prestarles demasiada atención. Si aparecen está bien, y si no aparecen también está bien.
 
5: La meditación NO es peligrosa y no hay porque evitarla.
 
Es posible que al meditar tengamos que enfrentarnos en algún momento a algunas cuestiones desagradables de nuestro pasado. Cuestiones reprimidas que pueden llevar enterradas mucho tiempo pueden aflorar y asustarnos. Pero el proceso meditativo también puede resultar muy provechoso. El modo más adecuado de enfrentarte al peligro consiste en saber lo peligroso que es, donde es más probable encontrarlo, y de qué modo debemos, si aparece, enfrentarnos a él. Por eso la práctica de Mindfulness o Vipassana, tiene que ver con el desarrollo de la conciencia ya que el aumento de ésta es la mejor salvaguarda contra el peligro emocional.
 
6: La meditación NO es una forma de escapar de la realidad.
 
Precisamente la meditación consiste en sumergirnos de lleno en la realidad. Vipassana es una práctica concebida precisamente para enfrentarse a la realidad, para experimentar plenamente la vida tal cual es, y para enfrentarse a todo lo que uno encuentra.
 
La meditación Vipassana no consiste en el intento de olvidarse de uno mismo y ocultar los problemas, sino en aprender a vernos exactamente tal cual somos y aceptarlo plenamente. Solo entonces podremos cambiar.
 
7: La meditación NO es un método para alcanzar el éxtasis.
 
Aunque en algún momento la meditación pueda producir un sentimiento de éxtasis amoroso, este no es su objetivo, ni tampoco es algo que ocurra siempre. El objetivo principal de Vipassana es el de aumentar la conciencia, el ser consciente. Una situación de éxtasis puede ser el resultado de la relajación, y la relajación consiste en la liberación de la tensión. Por lo tanto debe quedar claro que el éxtasis no es el objeto principal de la meditación, y aunque apareciese, debe ser considerado como un subproducto de la práctica, o como un efecto colateral placentero, cuya frecuencia de aparición aumentará en la medida en que uno medita.
 
 
 
8: La meditación NO es una actividad egoísta.
 
Aunque pueda parecer que el meditador está ahí sentado en un cojín, sin hacer nada, y puedan aparecer en la mente de quienes los contemplan pensamientos o preguntas como ¿acaso esta donando sangre? No, ¿Está ayudando a las víctimas de alguna catástrofe? No. La intención del meditador es la de limpiar su mente del miedo, los prejuicios y la hostilidad, y surge en él el compromiso activo de desembarazarse de la tensión, el egoísmo y la insensibilidad que obstaculizan su compasión por los demás. Si examináramos las vidas personales de los meditadores avanzados, descubriríamos que, en muchas ocasiones, están comprometidos con el servicio humanitario, eso sí, raras veces los encontraremos como cruzados o con actitudes proselitistas.
 
9: La meditación NO consiste en sentarse o pensar en cosas sublimes.
 
Este es de nuevo un error o idea equivocada de la práctica Vipassana o Mindfulness. Si bien es cierto que existen formas de meditación contemplativas, que apelan a este tipo de cosas, Vipassana está muy lejos de esto, ya que es una práctica de conciencia que nos permite advertir lo que ya está ahí. Es normal que puedan presentarse, durante la práctica, pensamientos elevados y sublimes, y aunque en modo alguno hay que evitarlos, tampoco hay que buscarlos; son meros efectos secundarios placenteros.
 
Vipassana es una práctica muy sencilla, consiste en experimentar directamente los acontecimientos de la vida, sin preferencias ni imágenes mentales añadidas. Vipassana consiste en advertir, sin distorsión alguna, el acontecimiento de la vida instante tras instante. Lo que surge, surge. Es así de sencillo.
 
10: Todos mis problemas NO desaparecerán con un par de semanas de meditación.
 
La meditación, lamentablemente, no es una panacea. Es posible que al poco tiempo de práctica se empiece a percibir algunos cambios, sin embargo no se advertirán sus profundos efectos hasta haber pasado un largo periodo de práctica meditativa. No hay nada que merezca la pena que se logre de la noche a la mañana.  La práctica de la meditación requiere una gran dosis de paciencia, de disciplina y un proceso de práctica. En cada sentada se logran resultados, sin embargo son muy sutiles y se dan en zonas profundas de la mente, y únicamente los apreciamos o los percibimos cuando llevamos un periodo largo de práctica.


"El libro del Mindfulness", Bhante Henepola Gunaratana. Edit. Kairos - 2012
"Mindfulness para la felicidad", Ruth A. Baer. Edit. Urano - 2014

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