Mindfulness; Atención Plena con una Uva Pasa.
Ser
plenamente consciente de lo que está ocurriendo aquí y ahora.
Vivimos
con una desconcentración inusitada. Decidimos ponernos a escribir cualquier
cosa y de pronto el ordenador nos avisa de que tenemos tres correos nuevos en
la bandeja. Además hemos recibido dos llamadas, tenemos varios mensajes, ya
puestos he visto el periódico online a ver cómo va el mundo, ha pasado media
hora y todavía no he escrito ni una línea.
La
desconcentración es continua, un bombardeo que no cesa, y el único causante
somos nosotros mismos. No estamos acostumbrados
a estar presentes en el momento presente. Nuestro cuerpo está, pero no
nuestra mente. Nos hemos habituado a la distracción, a la atención parcial.
Queremos estar tan conectados con todo que nos olvidamos de que lo primero con
lo que tenemos que conectar es con nosotros mismos, y esto produce estrés,
ansiedad, sensación de agobio, de llegar tarde a todas partes, de no tener
tiempo para nada.
La
atención es un músculo que debe ser entrenado.
Nuestro
cerebro no es un elemento multitarea. Solo podemos concentrarnos en una sola
cosa a la vez, y si no lo hacemos, si intentamos estar en varios lugares al
mismo tiempo, no conseguiremos un resultado tan satisfactorio como aquellos que
con igual o menor capacidad que nosotros sí son capaces de poner todo el foco
de atención en la actividad concreta que están desarrollando.
Los
estudios científicos han demostrado, algo que hace más de dos mil años ya
sabían las tradiciones búdicas, es decir, que un estado de atención consciente
ayuda no sólo a reducir el estrés o la ansiedad, sino también a ser más
creativos, a poder juzgar y valorar las situaciones con mayor claridad, a
aumentar la resistencia emocional y a disfrutar más de lo que se está haciendo,
y como tantas otras capacidades del ser humano, la atención también se entrena.
Además entrenar unos minutos diarios nos preparar para ampliar los límites de
nuestra atención, minimizan los efectos de las distracciones, y nos permite
disfrutar del momento.
Como
puede ser nuestro gimnasio de Mindfulness?
Para
nuestro gimnasio de Mindfulness necesitaremos reservar entre 5 y 20 minutos
diarios para entrenar.
Primer
ejercicio “La Pasa”
Este
ejercicio es muy sencillo, se trata de tomar una pasa, una simple uva pasa
puede aportarnos un montón de sensaciones, además de mantener nuestra atención
consciente.
Primero
se observa con detalle, nos centramos en darnos cuenta del amplio abanico de
colores y tonalidades, de cómo incide la luz en sus pliegues, en su textura
rugosa. En lo irregular de sus formas. Se trata de captar todo lo que se pueda
ver.
Segundo,
cerramos los ojos y tocamos la pasa, pero con mimo, con cariño. La hacemos
bailar entre los dedos de las manos, para darnos cuenta de su tacto, de nuestro
tacto, de cómo se mezcla su piel con la nuestra.
Tercero,
nos ponemos la pasa en la boca sin morderla, sino que la acariciamos con los
dientes primero, para luego notar que cae en nuestra lengua, acolchándola.
Ahora exploramos con la lengua, de la misma manera que hemos hecho con los
dedos. Lentamente, sin prisas, disfrutando de todo lo que una simple e
insignificante uva pasa nos puede ofrecer.
Cuarto,
la mordemos, y somos conscientes de una explosión magnífica que se produce en
nuestros sentidos. Percibimos su sabor, cómo se funde y confunde con el
nuestro, con la saliva, con el gusto. Tratamos de llenarnos toda la boca con
esa mezcla, llegando a todos los rincones. Solamente entonces nos tragamos la
pasa y notamos cómo baja por la
garganta, como abandona la boca y se integra en nuestro interior.
Ahora
esperamos unos segundos y abrimos los ojos, celebrando que hemos disfrutado de
una uva pasa, tal vez por primera vez en la vida, en lugar de engullirla.
Esto
es lo que ocurre con el presente, que si lo engullimos con las prisas y la
falta de atención, no dejamos que nos dé todo lo que tiene para ofrecernos.
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