jueves, 9 de julio de 2015


Mindfulness; Atención Plena con una Uva Pasa.
Ser plenamente consciente de lo que está ocurriendo aquí y ahora.

Vivimos con una desconcentración inusitada. Decidimos ponernos a escribir cualquier cosa y de pronto el ordenador nos avisa de que tenemos tres correos nuevos en la bandeja. Además hemos recibido dos llamadas, tenemos varios mensajes, ya puestos he visto el periódico online a ver cómo va el mundo, ha pasado media hora y todavía no he escrito ni una línea.

La desconcentración es continua, un bombardeo que no cesa, y el único causante somos nosotros mismos. No estamos acostumbrados  a estar presentes en el momento presente. Nuestro cuerpo está, pero no nuestra mente. Nos hemos habituado a la distracción, a la atención parcial. Queremos estar tan conectados con todo que nos olvidamos de que lo primero con lo que tenemos que conectar es con nosotros mismos, y esto produce estrés, ansiedad, sensación de agobio, de llegar tarde a todas partes, de no tener tiempo para nada.

La atención es un músculo que debe ser entrenado.
Nuestro cerebro no es un elemento multitarea. Solo podemos concentrarnos en una sola cosa a la vez, y si no lo hacemos, si intentamos estar en varios lugares al mismo tiempo, no conseguiremos un resultado tan satisfactorio como aquellos que con igual o menor capacidad que nosotros sí son capaces de poner todo el foco de atención en la actividad concreta que están desarrollando.

Los estudios científicos han demostrado, algo que hace más de dos mil años ya sabían las tradiciones búdicas, es decir, que un estado de atención consciente ayuda no sólo a reducir el estrés o la ansiedad, sino también a ser más creativos, a poder juzgar y valorar las situaciones con mayor claridad, a aumentar la resistencia emocional y a disfrutar más de lo que se está haciendo, y como tantas otras capacidades del ser humano, la atención también se entrena. Además entrenar unos minutos diarios nos preparar para ampliar los límites de nuestra atención, minimizan los efectos de las distracciones, y nos permite disfrutar del momento.

Como puede ser nuestro gimnasio de Mindfulness?
Para nuestro gimnasio de Mindfulness necesitaremos reservar entre 5 y 20 minutos diarios para entrenar.

Primer ejercicio “La Pasa”

Este ejercicio es muy sencillo, se trata de tomar una pasa, una simple uva pasa puede aportarnos un montón de sensaciones, además de mantener nuestra atención consciente.

Primero se observa con detalle, nos centramos en darnos cuenta del amplio abanico de colores y tonalidades, de cómo incide la luz en sus pliegues, en su textura rugosa. En lo irregular de sus formas. Se trata de captar todo lo que se pueda ver.

Segundo, cerramos los ojos y tocamos la pasa, pero con mimo, con cariño. La hacemos bailar entre los dedos de las manos, para darnos cuenta de su tacto, de nuestro tacto, de cómo se mezcla su piel con la nuestra.

Tercero, nos ponemos la pasa en la boca sin morderla, sino que la acariciamos con los dientes primero, para luego notar que cae en nuestra lengua, acolchándola. Ahora exploramos con la lengua, de la misma manera que hemos hecho con los dedos. Lentamente, sin prisas, disfrutando de todo lo que una simple e insignificante uva pasa nos puede ofrecer.

Cuarto, la mordemos, y somos conscientes de una explosión magnífica que se produce en nuestros sentidos. Percibimos su sabor, cómo se funde y confunde con el nuestro, con la saliva, con el gusto. Tratamos de llenarnos toda la boca con esa mezcla, llegando a todos los rincones. Solamente entonces nos tragamos la pasa y notamos  cómo baja por la garganta, como abandona la boca y se integra en nuestro interior.

Ahora esperamos unos segundos y abrimos los ojos, celebrando que hemos disfrutado de una uva pasa, tal vez por primera vez en la vida, en lugar de engullirla.


Esto es lo que ocurre con el presente, que si lo engullimos con las prisas y la falta de atención, no dejamos que nos dé todo lo que tiene para ofrecernos.