KARMA y su
RESULTADO
Karma y su
resultado significa que nuestras acciones crean las causas de los que
llegaremos a ser; y lo que somos ahora es el resultado de las causas creadas
previamente.
Karma
significa “acción”, y se define como las acciones intencionadas de nuestro
cuerpo, palabra y mente, es decir lo que hacemos, lo que decimos y lo que
pensamos. Estas acciones dejan unas impresiones y tendencias en nuestro
continuo mental. Cuando estas impresiones y tendencias se encuentran con las
condiciones adecuadas, afectan a nuestra experiencia.
El hecho de
que nuestras experiencias sean el resultado de nuestras acciones, no quiere
decir que se haya establecido un sistema de castigo y recompensa. Cuando una
flor crece de una semilla, no es ni la recompensa ni el castigo de la semilla.
Es sencillamente un resultado.
De la misma
forma en que Newton no creo la ley de la gravedad; sino que sencillamente
describió su funcionamiento, el Buda no creó la ley de causa y efecto o karma,
únicamente describió lo que había vista una vez eliminados todos los
oscurecimientos (ignorancias) de su continuo mental. La gravedad no se
debe a la arbitrariedad de nadie, sino
que es la forma en que los fenómenos se comportan naturalmente. De la misma
manera, nadie inventó el principio por el cual si perjudicamos a otros en el
presente, tendremos problemas en el futuro. Este es simplemente el resultado
natural que surge de esa causa. Como nosotros creamos las causas, nosotros
experimentamos los resultados.
La belleza de
la capacidad humana consiste en que nosotros somos responsables de nuestra
propia experiencia. Viviendo el presente creamos nuestro futuro. Una acción
nuestra es causa de otra acción previa, y es el resultado de una acción
anterior. Tenemos la capacidad de determinar quiénes seremos y lo que nos
sucederá.
Cómo funciona
el principio de causa y efecto
El principio
de causa y efecto tiene cuatro características fundamentales:
1- El
karma definitivo; esto es que “las acciones positivas traerán con certeza
resultados felices, y las acciones negativas traerán resultados no
satisfactorios.
2- El
karma es expansivo; una pequeña causa
puede traer un gran resultado.
3- Si
no se crea la causa de una determinada acción, no se experimentará su
resultado.
4- Las
impresiones que quedan en el continuo mental debido a nuestras acciones no se
pierden nunca.
1) Karma definitivo.
Las acciones
no son intrínsecamente buenas o malas en sí mismas, pero se consideran
positivas o negativas según sean origen de felicidad o sufrimiento.
Cuando
obtenemos o experimentamos una situación por la que sufrimos, algunas personas
además del sufrimiento experimentan otras emociones no demasiado satisfactorias,
a algunos les invade la rabia o la ira, a otros la depresión. La psicología
budista plantea métodos prácticos para liberarnos de estas situaciones
emocionales, ya que en vez de depositar toda la responsabilidad en quién nos
produce la acción, podemos pensar que es el resultado de algunas de nuestras
acciones negativas previas, y de esta forma la ira o rabia o la depresión
tendrá una intensidad inferior.
Aceptar que
nuestros problemas se deben a nuestras propias acciones destructivas cometidas
en el pasado, no significa que tengamos que permanecer pasivos frente a las
situaciones perjudiciales. Si podemos hacer algo para prevenir o corregir una
situación negativa determinada, ¡deberíamos hacerlo!. Sin embargo, si
recordamos que esta desdicha se debe a nuestras propias acciones destructivas,
no nos sentiremos enfadados o beligerantes hacia otros, ya que trataremos de
remediar el problema.
2) Karma expansivo.
Una pequeña
acción puede acarrear un gran resultado. De igual forma que una gran cosecha
proviene de unas pocas semillas, un gran resultado puede venir de una pequeña
acción. Ayudar a alguien de un modo insignificante puede dar como resultado una
gran felicidad, y dañar a alguien ligeramente puede traer como resultado años
de tristeza y sufrimiento.
Las acciones
aparentemente insignificantes son importantes en la vida. Buda dijo en el
Dhammapada:
“Como veneno que ha entrado en el cuerpo
incluso los pequeños actos no meritorios
pueden causar una gran inquietud y ocasionar la
ruina en el mundo que está más allá.
Al alcanzar un gran propósito
Incluso los pequeños actos meritorios
Traen la felicidad en las vidas futuras,
Como semillas transformándose en grandes cosechas”.
3) Si no se crea la causa, no se
experimenta el resultado.
Esto es
totalmente lógico, si no se planta una semilla no hay árbol o planta que pueda
fructificar, por lo tanto si queremos disfrutar de felicidad y sentirnos
satisfechos, debemos crear las causas para conseguirlo, si no sería como si rezáramos
para saber matemáticas sin estudiarlas. Si no creamos las causas no
experimentaremos el resultado. Ser conscientes de esto nos proporciona el
entusiasmo para evitar dañar o otros seres, y actuar de un modo constructivo.
4) Las semillas de nuestras acciones no
se pierden.
A veces con
respecto a determinadas acciones podemos pensar: “No importa, nadie se ha dado
cuenta, nadie lo sabe, no sucederá nada”. En realidad, esto no es del todo
cierto, porque las impresiones pueden permanecer en nuestro continuo mental un
largo periodo de tiempo antes de que las circunstancias se vuelvan propicias y
aparezcan los resultados. Como Buda dijo
en el Dhammapada:
“Una vez ejecutada cualquier acción,
ya fuera buena o mala,
su poder nunca se pierde;
El resultado surge en consecuencia”.
Indudablemente
no experimentamos necesariamente los resultados de nuestras acciones de una
forma inmediata. Sería un error pensar que los resultados de nuestras acciones
siempre se producen de un modo inmediato y después cesan. De igual forma que
una semilla tarda un tiempo en crecer y convertirse en una planta, nuestras
impresiones kármicas tardan en producir sus resultados.
KARMA Y
PREDETERMINACIÓN.
El
funcionamiento del principio de causa y efecto no está predeterminado. No es el
destino. Si estamos atentos y somos conscientes de nuestras acciones, podemos
elegir. Si somos negligentes y hacemos, decimos y pensamos cualquier cosa que
se nos ocurra, entonces no estaremos utilizando nuestra capacidad de elección;
no estaremos aprovechando nuestra capacidad innata como humanos.
La ley natural,
universal del karma no es tampoco una excusa para evitar ayudar a los demás. Cuando
somos testigos de las desgracias que padecen otros, podemos llegar a pensar o
incluso a decir de forma hasta irrespetuosa: “Oh, ese es su karma, y si le
ayudo estaré interfiriendo en su proceso”.
Cuando somos
conscientes de los problemas de los demás, debemos ayudar porque si no lo hiciéramos,
estaríamos creando las causas de un mal karma por omisión de una acción. De
acuerdo con el pensamiento budista, tenemos la responsabilidad moral y social
de ayudar a los demás. No somos individuos independientes y aislados, sino que
estamos interrelacionados y, a pesar de diferencias superficiales, somos muy
parecidos.
PURIFICAR Y/O
ALIVIAR EL KARMA.
Es cierto que
todos nosotros hemos cometido errores de los que ahora podemos arrepentirnos. Sin
embargo, no estamos irremediablemente condenados a experimentar los resultados
de esas acciones con su total intensidad. Si plantamos una semilla en la
tierra, finalmente crecerá a menos que sea quemada o arrancada, pero también
podemos retrasar su crecimiento privándola de agua, de fertilizantes y de luz
solar. De igual forma podemos bajar la intensidad de nuestro karma poniendo en
práctica el proceso de purificación, y que consta de cuatro estadios.
Dentro del
budismo tibetano existen los denominados “Cuatro Poderes Oponentes”, que se
utilizan para purificar las impresiones negativas:
1- Arrepentimiento
2- Refugio
y generación de una actitud altruista hacia los demás
3- Remedio
concreto y práctico
4- Determinación
de no volver a cometer dicha acción
1 Arrepentimiento
significa que reconocemos y nos arrepentimos de la acción destructiva
realizada. Recriminarse a uno mismo y sentir culpa son dos actos inútiles; son
simplemente una forma emocional de torturarnos. Con un arrepentimiento sincero,
por el contrario, reconocemos que hemos cometido un error y nos arrepentimos de
haberlo realizado.
2 Refugio y
generación de una actitud altruista hacia los demás, implica la confianza en
que nuestros refugios, aquello en lo que confiamos y le tenemos devoción nos
sirva de guía. Además desarrollamos una actitud altruista hacia los demás, y
dedicamos nuestras intenciones de cuerpo, palabra y mente, a convertirnos en
Budas (seres despiertos), para ser capaces de beneficiar a los demás de la
mejor manera posible.
3 Remedio
concreto y práctico, consiste en realizar alguna acción de remedio, es decir,
cualquier acción positiva que beneficie a otros. Los textos budistas apuntan
algunas acciones específicas que ayudan a purificar las impresiones negativas,
como por ejemplo: escuchar enseñanzas, leer libros de darma, hacer ofrecimientos
en los altares, recitar mantras, imprimir textos de darma, meditar, etc, aunque
el remedio más poderoso consiste en meditar en la vacuidad.
4 Determinación de no volver a cometer dicha
acción, significa comprometerse a no volver a cometer de nuevo la acción realizada.
Con frecuencia y por hábito contraído nos dejamos llevar por acciones tales
como la crítica hacia otros, el chismorreo, etc. Sería poco realista decir que
no lo volveremos a hacer jamás. Por eso, es más inteligente determinar por un
periodo de tiempo en el que intentaremos no repetir la acción en absoluto,
mediante el esfuerzo de la atención continua sobre ese punto.
Existen 4
grupos principales de karma que operan en nuestras vidas.
1 Karma
Reproductor, es la fuerza de aquellas acciones que hacemos, que tienen el poder
de determinar el renacimiento. Un tipo de acciones que determinan si renacemos
en el mundo de los humanos o en mundos inferiores o superiores.
2 Karma
Cooperante, se refiere a las acciones que cooperan con el karma reproductor,
por ejemplo supongamos que tenemos un buen karma reproductor y renacemos en el
mundo de los humanos. Es un buen renacimiento, un plano de existencia feliz. El
karma cooperante se compone de aquellos actos que hacen que nuestra experiencia
como humanos sea agradable. Refuerza el karma reproductor y es causa de toda
clase de satisfacciones.
3 Karma que
contrarresta, obstruye el karma reproductor. Supongamos que tenemos el buen
karma de un renacimiento como ser humano, pero que experimentamos muchos
problemas, mucho dolor, mucho sufrimiento. Ese es el efecto del karma que
contrarresta. El renacimiento es bueno, el karma necesario para renacer como un
ser humano era positivo, pero si hay un karma que contrarresta muy pesado creará
situaciones desagradables. También funciona en sentido inverso. Supongamos que
un ser renace como animal, eso es un mal karma reproductor, es un renacimiento
inferior. El karma que contrarresta puede hacer que la existencia como animal
sea muy agradable, como lo experimentan muchos animales de compañía. Esos
animales viven con más comodidades que mucha gente en el mundo. Ese fuerte
karma contrarresta al karma del mal renacimiento, luego funciona en los dos
sentidos.
4 Karma
destructivo detiene el fluir de otras fuerzas. Supongamos que disparamos una
flecha al aire, la flecha tiene un cierto impulso y, si no se la detiene
continuará hasta caer en algún lugar lejano. El karma destructivo sería como
una poderosa fuerza que detiene la flecha en el aire y la hace caer al suelo. Hay
seres que experimentan una muerte temprana. Su karma reproductor y karma
cooperante han sido excelentes, pero de algún modo, por alguna acción pasada,
un karma destructivo fuerte acaba con el vuelo de la flecha, detiene el fluir
de otras fuerzas kármicas.
Existe una
historia de un hombre en tiempos de Buda, que ilustra algunos aspectos de cómo funciona
el karma. Este hombre le hizo un ofrecimiento de comida a un arhat, un ser plenamente
iluminado. Después de haberlo hecho se empezó a arrepentir de su acción. Se
dice que renació como ser humano millonario durante siete vidas, gracias al
ofrecimiento que había realizado. Pero el resultado de haberse sentido
arrepentido, generó un karma destructivo muy poderoso que hizo que viviera con
mucha riqueza, pero muy miserablemente, incapaz de disfrutar del fruto de su
riqueza. Los diferentes tipos de karma producen diferentes tipos de resultados,
dependiendo de nuestros estados mentales cambiantes.
Es importante
entender el karma reproductor, porque determina el plano de existencia en el
que tomaremos nuestro renacimiento. Es el karma que opera en el último momento
de nuestra vida.
Existen 4
grupos principales de karma que operan en el momento de la muerte.
En el momento
de nuestra muerte, llamado consciencia de la muerte, hay cuatro tipos de karma
de renacimiento que pueden aparecer.
1 Karma de
peso, éste tipo de karma tiene dos direcciones posible; karma de peso nocivo, y
karma de peso benéfico.
El karma de
peso nocivo es producir daño a un Buda, un ser despierto, herirlo, matarlo. También
corresponde al karma nocivo el matar al padre o a la madre, o crear división en
la orden de monjes o monjas. Cualquiera de éstos tiene prioridad sobre las demás
acciones a la hora de determinar el renacimiento.
El karma de
peso benéfico es haber cultivado la concentración hasta alcanzar el nivel de
absorción y mantenerlo hasta el momento de la muerte. El resultado de ese karma
es renacer en los mundos superiores de conciencia.
2 Karma cercano
es el karma que entra en funcionamiento cuando no hay actos de peso que
produzcan un efecto. Es decir el karma de las acciones que se realizan
inmediatamente antes de morir. En otras palabras, si en los momentos de la
muerte recuerdas algo bueno que hiciste, o alguien te recuerda actos
beneficiosos, o si realizas una buena acción en el momento próximo a la muerte,
ese será el karma que influya en el renacimiento.
3 Karma
habitual es el que se manifiesta cuando no se produce el karma cercano. Las
acciones que han sido realizadas repetidamente en nuestra vida, aparecen en la
mente en el momento de la muerte. Si alguien ha matado muchas veces, ese tipo de
pensamiento surgirá en el momento de la muerte como resultado de ser un karma habitual.
O por supuesto, si alguien ha realizado muchas acciones beneficiosas, ha
desarrollado la generosidad y la compasión, o ha meditado mucho, recordará uno
de esos actos o puede que vea una imagen de si mismo en su cojín de meditación.
Entonces ese será el karma que influirá en su próximo renacimiento.
Cuando no hay
karma de peso, ni karma cercano, ni un karma habitual fuerte, el cuarto tipo de
karma que puede determinar o influir en el renacimiento se llama karma
aleatorio.
4 Karma
aleatorio. Como arrastramos tantos karmas benéficos y nocivos , y si no disponemos
de un karma habitual fuerte, entonces cualquier acto que hayamos realizado en
cualquier tiempo del pasado puede manifestarse en el momento de morir.
Un ejemplo
del funcionamiento de estos tipos de karma sería el de un rebaño de vacas que
viven sueltas en el establo. Cuando se les abre la puerta por la mañana, el
primero en salir será el toro más fuerte, apartando a los demás. Si no existe
un toro, entonces el siguiente en salir será la vaca que esté más cerca de la
puerta, pero si no hay ninguna vaca cerca de la puerta, entonces saldrá la vaca
que suele el habito de conducir a las demás, y si no existe la vaca que tiene
el hábito de conducir a las demás, entonces cualquiera del rebaño puede ser la
primera en salir. Así es como funciona el karma en el último momento de nuestra
vida, el de peso, el cercano, el habitual y el aleatorio.
En la tradición
budista hay un factor que nos mantiene en la dirección de la luz, hacia formas
cada vez más elevadas de felicidad; es la atención consciente. El resultado de
la atención es un karma de peso. La atención también será el resultado de un
buen karma cercano, ya que si estamos muy conscientes, justo en el momento de
la muerte, la mente estará equilibrada y libre de impurezas. La atención
consciente también es un karma habitual fuerte. Si se practica cada día y se
incorpora fuertemente en nuestros hábitos, surgirá en el momento de la muerte
como un karma habitual. Por lo tanto el tipo de consciencia, el tipo de mente
que cultivamos ahora, será una fuerza muy poderosa, un factor determinante del
tipo de karma que opere en el momento de nuestra mente.
10 ACCIONES
CONSTRUCTIVAS Y 10 DESTRUCTIVAS
Con respecto
al resultado de nuestras acciones, es imprescindible conocer las diez acciones
constructivas para practicarlas, y las diez acciones destructivas para
abandonarlas. Vasubhandu, monje budista y filósofo escolástico del siglo IV decía,
“Las diez acciones destructivas se pueden dividir en 3 del cuerpo, 4 de la
palabra y 3 de la mente, cualquier acción realizada, sea la que sea, sale
por una de estas puertas”.
- Las acciones negativas del cuerpo reúnen 3 elementos, (matar, robar y
disponer de una conducta sexual en la que se infrinja sufrimiento a otra
persona).
1 Matar, conlleva 4 condicionantes:
1
El objeto de matar (puede ser cualquier ser sintiente)
2
La intención, con tres ingredientes:
a) Motivación,
tomar la vida de otro ser.
b) Discernimiento,
identificar claramente el objeto que se quiere matar.
c) Engaño
mental, significa que la intención debe estar vinculada a un engaño mental como
el odio, la ignorancia, el apego, etc.
3
Acción, significa que da lo mismo si eres tu quién ejecuta, o si lo ordenas a
otro para que sea ejecutado.
4 Consumación
del acto, ocurre si la victima muere antes que tú.
El efecto o
la acción de matar, si conlleva las cuatro condiciones, sería renacer en un
infierno. Si la acción de matar careciera de alguna de las cuatro condiciones,
el renacimiento sería en el reino de los espíritus hambrientos. Si únicamente
se cumpliera una de las condiciones, el renacimiento sería en el reino animal.
2 Robar, con 4 componentes:
1 El
objeto en sí, (desear obtener el objeto de otro)
2
Intención, con tres ingredientes:
a) Desear
obtener el objeto en cuestión.
b) Discernimiento.
Identificar el objeto como perteneciente a la persona a quién pretendes robar.
c) Engaño
mental, significa que la intención debe estar vinculada a un engaño mental como
el odio, la ignorancia o el apego.
3 Acción,
significa que da lo mismo si eres tu quién ejecuta, o si lo ordenas a otro para
que sea ejecutado.
4
Consumación. Sentir que el objeto te pertenece.
3 Disponer de una conducta sexual que sea causa de
sufrimiento para otro.
De igual
forma que en las anteriores, se tienen que manifestar las 4 condiciones de: el
intercambio sexual, la intención (motivación, discernimiento y engaño), la acción
propia que es el intercambio sexual y la consumación, que es cuando se
experimenta la satisfacción causada por el acto sexual.
- Las acciones negativas de la palabra (4).
1 Mentir
2 Calumniar
3 Utilizar
palabras duras
4 Mantener
conversaciones vanales.
- Las acciones negativas de la mente (3).
Este tipo de
acciones no tienen por qué ser percibidas por los demás.
1 Codicia.
2 Intención
dañina.
3 Visión errónea
de la realidad.
En cualquier acto negativo completo, surgen tres tipos de efecto:
El efecto que madura.
El efecto similar a la causa.
El efecto ambiental.
El efecto que
madura de un acto negativo muy grave, es renacer en un infierno, de uno menos
negativo sería renacer como espíritu hambriento, y si es mucho menor, renacer
como animal.
El efecto
similar a la causa, puede dividirse en dos:
Tendencia similar a la causa.
Experiencia similar a la causa.
El efecto
ambiental sería, por ejemplo, renacer en un lugar muy pobre donde la comida no
es nutritiva y la medicina carece de efectividad.